Toño es feliz cada vez que va al pueblo a ver a los abuelos, Octavio y Teodolinda. Ellos tienen ocas, gallinas, un huerto... Y, un cerezo que el abuelo había plantado el día nació su mamá.Desde entonces lo cuida todos los días con mucho esmero. Pero un día la abuela muere y el abuelo deja de ser el de antes y va a vivir con la familia a la ciudad. Sin embargo, allí el abuelo no es feliz, echa de menos el campo y, sobre todo el cerezo. Por eso un día decide subirse a un árbol del parque y ... Poco después las máquinas excavadoras entran a la finca de los abuelos para expropiar parte de sus tierras, pero ¡no, el cerezo! dice Toño subiéndose a lo más alto del árbol.
